Es de esos entrenadores a los que les gustan las paradas difíciles. Así lo demostró cuando en el inicio de este año se hizo cargo de un plantel de San Martín que no la pasaba bien en la B Nacional. Enderezó el barco, logró el ascenso y ahora no se bajonea pese a que el “Santo” aún no pudo ganar en la Superliga.
Darío Forestello siempre va al frente y pese a que ahora tendrá en frente un Boca “galáctico”, pone el pecho a la situación. “Es el partido que soñás jugar desde pequeño. Los chicos deben disfrutarlo y saber que pueden ser competitivos”, le dice “Yagui” a LG Deportiva.
Las chances de Atlético y San Martín en Copa Argentina: mirá cómo está el cuadroNo baja la guardia porque confía a muerte en sus pupilos y porque Boca es un rival contra el que nunca desentonó en su carrera como DT. Es más, en su primer enfrentamiento, dirigiendo a Santamarina de Tandil que militaba en el Federal A, ya lo puso contra las cuerdas por Copa Argentina. Logró anular a Juan Román Riquelme y a un “Xeneize” con varios nombres importantes. Igualó 1 a 1 en Salta, pero cayó 3-4 en los penales. El “Xeneize” luego fue campeón del torneo con Falcioni como técnico.
San Martín ante Boca: un duelo que trae gratos recuerdosTambién logró el histórico 6-1 con San Martín de San Juan, en 2013 contra el Boca dirigido por Carlos Bianchi, y en otras dos ocasiones le robó empates con Atlético de Rafaela y Patronato. “He ganado y he perdido. Pero el mayor desafío es que mis equipos sean competitivos. Además, es cierto que todos los grupos son diferentes y este equipo está creciendo. Vamos a tratar de ser competitivos y achicar el margen de error, de esa manera podemos llegar a lastimar a Boca”, confía el entrenador que tiene números para nada despreciables en los mano a mano con Guillermo Barros Schelotto.
Venció 3-1 a Lanús dirigiendo al “Santo” sanjuanino, en 2013, y silenció “La Bombonera” en 2016/17 con Patronato, cuando empató 1-1 en el último minuto. “Con este tipo de rivales la cabeza te impulsa a más. Hay que aprovecharlo y ser inteligentes, sabiendo que son equipos a los que no le podés dar ni un poquito de ventaja”, jura el entrenador que se tiene fe. “Debemos ser un equipo corto y explosivo. Estamos bien”, cierra el DT, con la confianza a flor de piel.